lunes, 23 de febrero de 2015

Las malas inversiones y otros caprichos en la EMT de Madrid, crisis segura.

La delicada salud financiera de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid ha obligado a hacer ajustes. Sin embargo, esta situación es en gran medida consecuencia de años de despilfarro, mala gestión del Ayuntamiento y caprichos políticos, que han deteriorado el resultado económico y el balance de la compañía.

El penoso estado económico de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) no es cosa de un día. 2013 fue el año en el que sus cuentas se desestabilizaron por completo, pero si bien era una sociedad sin pérdidas significativas hasta ahora, los desmanes han sido práctica habitual durante los años en los que la crisis ya advertía que había venido para quedarse. Al inexplicable incremento de los altos cargos de la empresa, hay que sumar alocadas compras de vehículos, cuestionadas inversiones y discutibles decisiones que en los últimos tiempos han elevado sustancialmente los gastos financieros y las deudas de la compañía. A finales de 2011, se adjudicó a la empresa alemana HJS Emission Technology Gmbh el suministro, instalación y mantenimiento de 485 equipos de tratamiento de gases de escape -filtros y catalizadores- para conseguir reducir el nivel de emisiones contaminantes hasta cumplir con el nivel que establece la Norma Euro V. El contrato fijaba un precio de algo más de 6 millones para las operaciones de suministro e instalación en un período de tres años y un importe estimado de casi 500.000 euros para las labores de mantenimiento durante toda la vida útil del autobús.

Como es lógico, en los últimos años la EMT ha ido adquiriendo importantes lotes de vehículos para su flota. Una buena noticia para la renovación y mejora del parque móvil de la empresa, de no ser por el excesivo coste y el resultado de alguno de los modelos. Entre los años 2011 y 2013, la EMT ha comprado 322 autobuses, que traducido en euros supuso un gasto de 94,7 millones, "un auténtico derroche" según fuentes sindicales. Muchos de esos vehículos están siendo utilizados, pero otros, están saliendo más caros todavía debido a los sobrecostes derivados de problemas mecánicos que obligan a mantenerlos paralizados durante largos períodos. El progresivo recorte de líneas y la reducción del servicio de transporte urbano tampoco ayudan a amortizar una inversión que obligó a la empresa a pedir créditos.

Tenemos una Dirección Política con una mirada fija, sus intereses por encima de todo. Crisis segura.




Fuente: Vozpópuli

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